domingo, 7 de diciembre de 2014

Una segunda oportunidad



Dedo en el gatillo, momento decisivo.
Esos tres segundos siguientes en los cuales la mente analiza a una velocidad sobrenatural todos los escenarios y resultados que derivan de las posibles acciones.
De repente, todo es más claro.
En ese instante de lucidez nuestro cerebro trabaja al 100%. Existe una teoría muy común entre neurólogos que dice que solo usamos el 20% de nuestra capacidad en el día a día.
Esto es trágico. En caso de que sea cierto, tengo la convicción de que el 80% restante está acumulando inútilmente letras de canciones y recuerdos oxidados. No de los buenos, sino de esos borrosos y lejanos que confundimos con sueños.
Todo esto se acumula cual depósito de chatarra esperando algún momento de paz, de descanso del ajetreo diario, en el cual el 20% esté libre para desglosar ese desorden y organizar los elementos de manera prolija.
En esa evaluación acelerada, dejamos que el instinto nos conduzca a la mejor alternativa.
No hay lugar para cuestionamiento. Tampoco para un "mm, tu plato se ve más rico que el mío, la próxima pido eso". Con la opción elegida no hay vuelta atrás.
Se puede decir que nos mostramos crudos, desnudos y reales. Ponemos a prueba nuestros verdaderos valores y prioridades. Nuestros demonios subconscientes los desafían, aprovechando los 30 segundos de fama.
Taquicardia. Respiración agitada.
Cerró los ojos.
Justo cuando estaba ejerciendo presión sobre el detonador del arma, sintió el impacto: un calor concentrado muy intenso en la nuca, seguido de frío entumecedor. Dolor, muchísimo dolor, una punzada que le recorrió la espina dorsal.
Líquido caía por su espalda. Se llevó la mano atrás y confirmó lo que más temía.
Tenía toda la mano repleta de una sustancia pegajosa y oscura. Se quedó duro, deseando una segunda oportunidad, recapitulando sus errores.
Pero era muy tarde...


Ey, vos, si, vos, el de remera negra, sali!


Decepcionado, y con la nuca y las manos manchadas de pintura azul, salió del lugar de juego. " Y pensar que todavía tenía municiones! "

Game over.






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