jueves, 31 de diciembre de 2015
Bye bye birdie
Natal
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Valparaíso
San Pedro de Atacama
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El Chaltén, Patagonia Argentina
People, places, food, moments, laughs, problems, fun, adventures, excercise, joy, hobbies, dance, photography, pleasure, discoveries, encounters, disencounters, re-encounters, art, Life.
2016, bring it.
miércoles, 30 de diciembre de 2015
El por qué
* todas las fotos son tomadas por mi en el 2015
Adoro perderme en la ciudad, conectar con la gente que me encuentro. A veces me escondo para sacar fotos naturales. Otras sonrío y dejo que jueguen con la cámara, con la mirada, conmigo.
Y conecto. Me miran con transparencia y expectantes. Me regalan un poquito de sí.
La magia está ahí, en lo cotidiano. A veces estamos muy apurados como para verlo.
Toda mi vida vi lo mágico y la belleza de lo que me rodea. Se me conoce como extremadamente positiva, por tener emociones muy intensas y vivir en otro planeta.
Cuando estoy con alguien paseando, se ríen y divierten al verme sacar fotos. Suelo animarme siempre a un poco más, a acercarme a ese extraño en la calle que a otros podría parecerles peligroso y arrancarle una sonrisa sincera, e iniciar una conversación.
Me fascina la realidad, la crudeza de nuestro país, el alma, la intensidad con la que vive la gente, el ruido, los gritos y la cultura.
La fotografía me permite algo único: prestarle al mundo mis ojos. Que vean los lugares y gente increíble que encuentro a cada paso.
Esa es mi historia. Esas son mis fotos. Una invitación a viajar, volar, conocer, inspirarse y emocionarse. Lo único que busco es transmitir.
“El artista es la mano que, mediante una y otra tecla, hace vibrar adecuadamente el alma humana.” - Wassily Kandinsky
No llores por mí, Argentina
Cuando volví de Chile me pasó algo particular. me di cuenta que uno cuando viaja a otro país no se molesta por el tránsito, la gente ni los inconvenientes de la vida cotidiana. Todo es parte de la aventura, es interesante, atractivo, estimulante.
Y pensé en la fascinación que sienten los extranjeros cuando visitan Buenos Aires. La magia que perciben, los rincones, la vibra.
Entonces decidí cambiar mi mirada, volverme un turista más. Porque vivimos en una ciudad tan hermosa. Con edificios de todo tipo, llena de cafés con gente intercambiando historias, plazas imponentes,, monumentos, todos los estilos arquitectónicos, colores, y muchísima vida..
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miércoles, 23 de diciembre de 2015
Desert Dreams - San Pedro de Atacama, Chile
Juggling with my camera on a rented bike I set off on a 19-mile adventure across the Atacama desert, ignoring all warnings regarding the heat and the dangers of going by myself. What a joy! Such freedom, to feel alone between hills, stones, shades of brown and an infinite blue sky. It allowed me to combine the indescribable feeling I get from being alone and the occasional “meet-cute” with random strangers on their way to nowhere
San Pedro’s true magic lies on its people, on their smiles, their shining eyes and their transparency. It’s mystical and magical, feels like travelling back in time. I would smile at them and take a mental snapshot, learn their story and take a piece of them with me.
This group of llamas caught my attention while being released from a private property on the side of the road. I ventured in and asked the shepherd if I could get in the herd and take some pictures. There were about 30 individuals. Little did I know how social they are. The white one got closer to me and tried to bite my face (or maybe kiss me!). I dropped the camera and enjoyed the moment, laughed for a while and continued the ride.
After the intense workout, the main street in the center of the town – almost all there is to it – surprises with invigorating colours and all sorts of creatures. Contrasting earth tones, shadows and shades of brown and deep blue decorations blend with cats, dogs, and even domesticated llamas in a perfect composition.
The vast immensity, the infinite extension of endless brutal nature right before your eyes makes you feel a renovated respect for this world. It’s unavoidable to admire the perfection, have the urge to take a deep breath, extend your arms and feel grateful to be able to contemplate such greatness. What a wonderful world.
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martes, 22 de diciembre de 2015
La fotografía y yo
Photographs can reach eternity through the moment - Henri Cartier Bresson
Come and see!
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martes, 21 de julio de 2015
De a poco va tomando forma
En un año puedo decir que conozco un 300% más de mi.
Gran parte es esta conexión que siento con todos los medios de expresión y con toda forma de arte.
Acá va mi último descubrimiento, la fotografía.
Los invito a mirar, curiosear, conocer y opinar: Flickr - Macarena De Noia
Disfruten de este lindo viaje conmigo
domingo, 17 de mayo de 2015
Cómo veo el mundo
Cuando era chica y prendía el televisor, repetía los siguientes pasos:
Entrar a configuración, subir el nivel de saturación y subir el contraste.
El resultado era una imagen con colores exacerbados y una intensidad inusual, hasta incómoda para los demás.
miércoles, 22 de abril de 2015
lunes, 20 de abril de 2015
#reto31ilustradorescol "Mi peor pesadilla"
Mi peor pesadilla.
Aburrirme. La rutina. Dejar de soñar, de creer, de volar.
Dejar que el tiempo me pase.
Aburrirme. La rutina. Dejar de soñar, de creer, de volar.
Dejar que el tiempo me pase.
Elegí tu propia aventura
Me desperté entre nubes. En el aire había olor a verano. Por el calor abajo mío (es que en el cielo el sol está más cerca) cambié de posición para no quemarme. Me levanté y bailé, como bailo todas las mañanas. Porque al día hay que decirle buen día. Sino, no va a ser un buen día. Giré, giré y deambulé. Los ángeles corrían a mi alrededor desesperados por llegar a ninguna parte. Miraban sus aparatitos mágicos, con la vista perdida, mientras pájaros grandes se cruzaban unos con otros. Algunos ángeles se subían a los pájaros para ir más rápido.
En los cruces brillaban las luces, tan fuerte que había que cubrirse los ojos para poder ver.
Había más colores que nunca. Las flores me perseguían pero yo soy rápido asi que no me preocupé.
Se escuchaba el canto a mi alrededor y decidí acompañar. Me subí a la montaña más alta a mirar mi imperio. ¡Soy el Reeeeeeeeeyyyyy! grité. Soy el Reeeeeeeeeey.
Tenía mucha hambre asi que volando me acerqué a la cueva donde ya me conocen.
“¿Lo de siempre?” “Sí, pero sabés que no tengo con qué pagarte”. Era todas las mañanas lo mismo, yo aclaro por miedo, a ver si se enojan y llaman a los duendes del mal, o quieren que les dé mi tesoro por no pagar. Sentí miedo de que me lo robaran, a mi tesoro. Me fui corriendo y me dejé lo de siempre en la cueva. Saludé al gigante y corriendo espanté a los intrusos que me querían robar el tesoro. “¡¡Este es mi mundo!!” Los pobres diablos se fueron espantados. Soy el más fuerte.
Ahora que el tesoro está seguro, puedo seguir. Me fui saltando y bailando. Quién sabe adónde. Al más allá, lejos.
---
Alarma a las 6:50 am. Radio automáticamente encendida: “Avisamos a los usuarios de la línea D de subte que la misma sufre demoras debido a un accidente en una de las formaciones. Se recomienda usar métodos de transporte alternativos.
“Buen día para mí”. Sería novedoso que las cosas funcionaran en este país. No me sorprende que no ande el subte, me sorprendería que si anduviera. Que me tomara menos de dos horas llegar al trabajo, que casi tiene más sentido irme caminando 40 km que tener que sufrir las peripecias del transporte público. Me daría un infarto si eso pasara.
Me levanté agotado, afuera había un sol agobiante, 35º en plena ciudad, qué asco. Maldito calor. Maldito verano.
Después de escuchar los bocinazos, los gritos, los insultos, finalmente llegué al bar. “Se enfermó uno de los camareros, el barbudo, nunca me acuerdo el nombre”. “Buen día, Romina. Ok, parece que vamos a tener que trabajar más hoy entonces”. Me miró con tal odio que sentí que me pegaron dos cachetadas y que me atravesaba su mirada.
Ella tiene actividades e intereses, quiere irse temprano a disfrutar. La juventud está perdida. Cuando yo era chico se trabajaba en serio. En la vida hay que trabajar, hay que esforzarse. No se puede ir como un tiro al aire. No hay disciplina, es un desastre. Esto es culpa de las computadoras y todo eso. Hacen que la gente joven queme sus horas en frente de aparatos con una realidad que no es cierta, y después creen que pueden ir por la vida como una fantasía. No tienen objetivos ni constancia y creen que saben todo. Yo te digo: hay cosas que no se solucionan así. Ya se van a dar cuenta y quién va a tener que arreglar todo? Los otros. Los que nunca frenamos, los que siempre estamos trabajando y formando al país, y al mundo. ¡Porque esto pasa en todo el mundo!
Encendimos todas las máquinas, recibimos el pan y las medialunas. Llamó el de las galletitas sanas que no iba a poder venir porque había mucho tránsito. Qué inepto, si fuera por eso yo no abriría nunca. Vago. Qué más da, esas cosas orgánicas igual son un asco. La gente come como animal todo el fin de semana y el lunes entra y pide una galletita orgánica y piensa que ya está, que solucionó todo. Yo te digo, no es así. Están todos intoxicados. Bombas a punto de explotar. Bolas de grasa andantes. Hipócritas.
A eso de las 10, me asomé por la ventana. La misma sucia ciudad de siempre con el tránsito, los semáforos, la gente corriendo al trabajo. En la plaza los vagabundos tirados entre bolsas de basura.
Se acercó el que vive en la plaza de Alem y Tucumán. Entró y apestó todo el bar. La gente empezó a hacer muecas de asco. Venía con sus harapos y su barba más hedionda que de costumbre. Pero yo ya sé cómo manejarlo, ya aprendí que si le ofrezco algo lo toma y se va. Hay que saber manejar a esta gente, ¿viste? Son básicos.
“¿Lo de siempre?” “Sí, pero sabés que no tengo con qué pagarte”.
Preparé un cafe y una medialuna. Lo dejé en frente de él y antes de probarlo lo soltó y salió corriendo y gritando hacia la plaza. Totalmente loco.
Pobre tipo, ¿ves? Eso pasa por no trabajar, por no levantarse temprano a la mañana y tener responsabilidades y disciplina.Así va a terminar todo el país, son todos vagabundos de alma, todos miserables.
Pobre loco…
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¿Y vos? ¿qué loco querés ser?
domingo, 19 de abril de 2015
There's only so much eyes can say
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sábado, 7 de marzo de 2015
Quereme así, piantao, piantao, piantao... Trepate a esta ternura de locos que hay en mí, ponete esta peluca de alondras, ¡y volá! ¡Volá conmigo ya! ¡Vení, volá, vení!
Las tardecitas de Buenos Aires tienen ese que se yo, viste?
Salgo de casa por Arenales, lo de siempre en la calle y en mi...
Cuándo, de repente, detras de un árbol, se aparece el.
Mezcla rara de penultimo linyera
y de primer polizonte en el viaje a Venus.
Medio melón en la cabeza,
las rayas de la camisa pintadas en la piel,
dos medias suelas clavadas en los pies
y una banderita de taxi libre levantada en cada mano.
Parece que solo yo lo veo,
Porque él pasa entre la gente y los maniquíes le guiñan,
los semáforos le dan tres luces celestes
y las naranjas del frutero de la esquina
le tiran azahares.
Y así, medio bailando y medio volando,
se saca el melón, me saluda,
me regalo una banderita y me dice:
Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...
No ves que va la luna rodando por Callao,
que un corso de astronautas y niños, con un vals,
me baila alrededor... ¡Bailá! ¡Vení! ¡Volá!
Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...
Yo miro a Buenos Aires del nido de un gorrión
y a vos te vi tan triste... ¡Vení! ¡Volá! ¡Sentí!...
el loco berretín que tengo para vos.
¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!
Cuando anochezca en tu porteña soledad,
por la ribera de tu sábana vendré
con un poema y un trombón
a desvelarte el corazón.
¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!
Como un acróbata demente saltaré,
sobre el abismo de tu escote hasta sentir
que enloquecí tu corazón de libertad...
¡Ya vas a ver!
Y asi diciendo, el loco me convida
a andar en su ilusión super-sport
Y vamos a correr por las cornisas
¡con una golondrina en el motor!
De Vieytes nos aplauden: "¡Viva! ¡Viva!",
los locos que inventaron el Amor,
y un ángel y un soldado y una niña
nos dan un valsecito bailador.
Nos sale a saludar la gente linda...
Y loco, pero tuyo, ¡qué sé yo!:
provoca campanarios con su risa,
y al fin, me mira, y canta a media voz:
Quereme así, piantao, piantao, piantao...
Trepate a esta ternura de locos que hay en mí,
ponete esta peluca de alondras, ¡y volá!
¡Volá conmigo ya! ¡Vení, volá, vení!
Quereme así, piantao, piantao, piantao...
Abrite los amores que vamos a intentar
la mágica locura total de revivir...
¡Vení, volá, vení! ¡Trai-lai-la-larará!
¡Viva! ¡Viva! ¡Viva!
Loca el y loca yo...
¡Locos! ¡Locos! ¡Locos!
¡Loca el y loca yo
martes, 3 de febrero de 2015
“Por la noche todo toma su verdadera forma y su verdadero aspecto. Al igual que sólo de noche se distinguen las estrellas del cielo, entonces se perciben sobre la tierra muchas cosas que no se ven de día.” ―Selma Lagerlof
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Laberinto
Empezaba a sentir ardor en las piernas. Avanzaba a toda velocidad por los monótonos pasillos mientras trataba de planear mi próximo movimiento.
Todas mis terminales nerviosas trabajaban al extremo sin dejarse opacar por el esfuerzo mental que hacía para hacer cálculos y razonamientos. Sentía que todo lo que me enseñaron desde chica, toda la educación y las normas sociales, el protocolo y el control, el pensamiento frío y matemático se pulverizaba dejando lugar a este espíritu enloquecido e irracional.
Me movía liviana, un espíritu de luz. Ya no me acordaba como era “correr” en términos motrices. Mis piernas flotaban y eran extensiones de una fuerza central que empujaba hacia ningún lado.
El dolor que discretamente había aparecido para recordarme mantener una velocidad prudente se había esfumado, expulsado por la adrenalina y el bombeo de sangre.
No podía parar, no podía parar, no podía parar. Las piernas se me enredaban, escuchaba el latido de mi corazón y los golpes hasta la cabeza, pero no podía parar.
Estaba atrapada en mi euforia. En el éxtasis de sentirme libre en este laberinto infinito.
Dejé de tomar decisiones de rumbo liberándome de lo poco que me quedaba del efecto de mi raciocinio, y empecé a doblar en las esquinas de forma aleatoria. Izquierda, derecha, derecha, izquierda. A unos cien metros había una luz que interrumpía el vacío negro de mi alrededor. Iluminaba partículas de polvo que yacían suspendidas en figuras estáticas, se entremezclaban y frenaban de golpe.
Era una danza de ocho tiempos, que segundos después atravecé fugazmente.
Cerré los ojos como si no quisiera que las partículas me quedaran dentro de los ojos y las arrancara de su hábitat natural.
De repente, todo a mi alrededor se volvió luminoso. Una luz pura y penetrante. Fruncí el ceño sin dejar de correr. No podía dejar de correr.
Esquivaba ramas y árboles incluso antes de considerarlo.
A mi alrededor se erguía cada vez más frondoso un mundo verde y salvaje.
Un viento fuerte me retó a tratar de mantener el ritmo demandando el doble de esfuerzo pero sólo consiguió darme ánimos.
Noté que el paisaje se volvía árido. Aumentaba la distancia entre las raíces que tenía que evitar y el piso, segundos antes cubierto, dejaba entrever claros de arena.
Hasta que finalmente, se detuvo. Hacia adelante, izquierda, derecha, infinito azul.
Un azul intenso, cada vez más grande. Me quedaban alrededor de unos cincuenta metros previos a la costa cuando inspiré muy profundo y salté.
Mis pies se despegaron del piso y empecé a subir.
Me dejé girar. Dejé que el viento pensara que tenía ventaja, que me controlaba.
Después de muchos giros y vueltas traté de enderezarme.
Había llegado a un punto altísimo.
Como por venganza, ese viento que segundos atrás había jugado conmigo y me invitó a subir, se fue con alguien más.
Quedé sola y a la deriva.
A mi alrededor sólo había aire.
Caí en picada a máxima velocidad.
Junté manos sobre mi cabeza y me preparé para el impacto. Caí en el agua como una bala que rompe la barrera de sonido dejando un vacío a mi alrededor, que me permitía respirar dentro de una cápsula subacuática.
Tiré la cabeza hacia atrás y pude distinguir cómo sobre mi cabeza se cerraba el canal que había creado a mi paso.
El celeste del cielo desaparecía cubierto por un remolino azul oscuro, revuelto con burbujas y espuma.
Desapareció la presión a mi alrededor. Caí trescientos metros a máxima velocidad en lo que parecía ser una cueva, y un material elástico amortiguó mi caída, frenándome en seco. Estiré las extremidades en posición de estrella como despertando del sueño más profundo.
De lejos empezó a sonar música, cada vez se volvía más clara.
Mi cuerpo respondió de forma automática. Con movimientos suaves y lentos, graduales.
Fue cobrando mayor intensidad hasta el punto en el que el ritmo emergía fervientemente de adentro hacia afuera.
Mis órganos vibraban con el volumen, yo daba saltos y giros sin esfuerzo.
Por primera vez me sentí sonreír.
El material que me sostenía se sacudía frenéticamente a mis pies. Empezó a hamacarse hacia los lados. Cuando sentí el tirón del material quebrado intenté agacharme y agarrarme.
Fue inútil, resbalé y caí solo un segundo a un piso húmedo. Tan pronto como mis pies tocaron el suelo me aplastó una corriente de agua que me arrastró.
El nivel del agua era bajo pero fuerte: fui tomando velocidad. Estaba deslizándome en una pendiente cada vez más pronunciada.
Estiré las manos hacia adelante tratando infructuosamente de detenerme. Me dejé llevar y el agua desembocó en un agujero que emergía de un acantilado.
Caí bruscamente unos diez metros hasta una superficie perfecta, un mar de color verde e infinito.
Me quedé completamente quieta. Relajando mi exigido cuerpo que ahora flotaba en posición natural.
De a poco, el agua a mi alrededor se fue aquietando.
Entré en conciencia, sintiendo cada centímetro de mi cuerpo inmóvil.
El silencio y la calma me invadieron y distinguí los sonidos del agua jugando suavemente conmigo.
Inspiré hondo, absorviendo la plenitud de ese instante eterno.
Dejé que los párpados descansaran y naturalmente cerré los ojos.
En conciencia absoluta.
Finalmente, paz.
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